Amores Tóxicos (II) – Cuando el amor roza el peligro (2a parte)
El amor que todo lo puede, no existe. Una relación, por mucho que lo neguemos, exige reciprocidad, yo te quiero y espero lo mismo….. El amor gratuito, solidario, desinteresado solo lo dan aquellas “almas” iluminadas por el toque divino, o quizás menos divino y muy desapegados. Teniendo en cuenta esto…, atención!! si te has dejado llevar por tus necesidades básicas y has puesto el ojo en alguien que no lleva el cartel de “libre” te aconsejo que evites la fantasía y la ilusión por pensar que tu lo eres todo y que podrás romper barreras fácilmente. Difícilmente lo podrás conseguir, y menos creer que el otro/a cumpla con las “falsas” promesas que te pueda jurar y perjurar……..
EL AMOR INJUSTO. El perfil del eterno/a amante
Cualquier relación basada en la desigualdad, a corto plazo, genera desamor. Cuando intuimos que el coste/beneficio de nuestra relación se desequilibra, aparece la crisis en ambos sentidos : o me siento explotado/a o nos sentimos culpables.
Las personas con rol de amantes lo desconocen a priori, solo con la experiencia, generalmente frustrante, caen en la cuenta que solo son segundo plato de muchos/as y que la inversión de amor/cariño/comprensión/paciencia/ilusión/tiempo, es exponencialmente inversa a lo obtenido : aprecio/pasión/lujuria/desatención/espera/ocultación/engaño/falsas promesas/evitación.
A pesar que parezca más una contabilidad que una relación, en estos casos, es imposible hacer balances entre lo que damos y lo que recibimos. A esto, cabe añadir, posibles conflictos que pueden aflorar, tarde o temprano, por parte de uno o de los dos miembros de la relación : del inicial “disfrutalo mientras dure” al “apego o necesidad de estar juntos” o bien, del “no quiero renunciar a esta felicidad” pero no quiero “renunciar a lo que tengo”. Sea una cosa o la otra, las peores cartas las lleva el perfil de eterno/a amante.
Podemos definir dos perfiles de personas amantes: el primero menos adecuado, el segundo más acertado.
La falsa imagen : son aquellos/as que dan una percepción de seguridad, evitación de compromiso, autosuficiencia, libertad, promiscuidad, sexualidad y aventura. Es la mejor combinación para sucumbir ante aquel o aquella que busque la novedad y la excitación temporal sin dificultades ni exigencias. La mala noticia radica en que muchos de los perfiles amantes no son auténticamente todo lo que aparentan, sino que, muy al contrario, carecen de su totalidad, convirtiéndose en desamparados/as emocionales en busca de afecto. Toda la apariencia solo es una estrategia de acercamiento para obtener aquello que más desean y de que carecen. La conducta o actitudes que demuestran son de desapego y superioridad en la necesidad de afecto, invitación al sexo, y rehuir responsabilidades sentimentales. Bajo esta coraza de actuación, se encuentra la persona con baja autoestima, inseguridad, necesidad de aprobación y déficit de aprecio y valoración personal.
El efímero/a : son aquellos que se basan en la libertad de escoger, a sabiendas de lo que pueden exigir y de lo que pueden recibir. Acostumbran a ser personas poco idealistas, con una autoestima equilibrada, poco dependientes y con gran confianza en si mismos/as. Prefieren controlar a entregarse, dada su elevada necesidad de individualidad. En definitiva, son personas que rehuyen del compromiso emocional pero sin presentar problemas de autoestima o inseguridad. Su tendencia al estilo afectivo huidizo, proporciona una relación basada en la incertidumbre que tanto les motiva pero sin el agobio de una relación típica y rutinaria. La motivación fundamental que los/las mueve es la pasión, y, teniendo en cuenta que en una relación a largo plazo la pasión decae, nada mejor que buscarla en relaciones cortas y sin expectativas de compromiso. Aman con intensidad y se entregan por completo porque saben que son amores imposibles, por lo tanto, la pasión está vigente. Si se extiende en el tiempo y la pasión decae, el/la huidizo/a hace honor a su nombre………
Un comentario
ramon
Impressionant escrit, m’agradat molt.
Una abraçada.