DEPENDENCIA AMOROSA INCONSCIENTE
- El ser que te da la posibilidad de dar vida y crear un nuevo clan.
- Un ego que se encuentra con tu ego.
- El encargado de participar en la continuidad de tu sistema familiar.
- Un compañero de viaje para tu alma.
EN CADA UNO DE ESTOS NIVELES HAY MEMORIAS Y REALIDADES INCONSCIENTES DISTINTAS
Dependencia de la opinión externa «quiero que me acepten«
Juan, de 38 años trabaja como delegado internacional en una empresa de importación-exportación. En cada reunión de grupo se muestra obsesionado con la opinión que tendrán de él, por este motivo, invierte muchas horas de su tiempo para prepararse las reuniones. Cuando habla en las reuniones está más pendiente de las caras de los demás, de lo que hablan de soslayo y se agobia pensando en la imagen que está dando.
Este es el típico caso de sufrimiento por pensamiento negativo y de auto-valoración negativa. Teme no cubrir las expectativas de la otra persona, siempre cree que podría hacerlo mejor, tiende a pensar que los demás tienen una opinión negativa de él. Esta situación le produce mucho dolor y sufrimiento, hasta tal punto que evita tener relaciones sociales por miedo a las críticas que pueda recibir.
Dependencia de la valoración externa «quiero ser alguien para los demás«
María, de 43 años es procuradora en un bufete de abogados. Pese a que hace años acabó la carrera y lleva una dilatada trayectoria profesional, siente que no es suficientemente buena en su trabajo, duda de su inteligencia y para compensarlo siempre está realizando cursos y máster. Tiene una imagen más positiva de los demás que de sí misma, y por este motivo se esfuerza en demostrar a los demás que también sabe, que no es tonta. Tanto es su afán que los demás le rindan reconocimiento que en cualquier reunión da buena cuenta que sabe de todo y de su perfección, obteniendo el resultado contrario al que busca, rechazo.
Dependencia del afecto externo «quiero que me quieran»
Elena, 48 años trabaja como funcionaria. Sus relaciones afectivas han sido pocas y frustradas. Necesita que la quieran, y en su afán de conseguirlo está dispuesta a sacrificar tiempo y esfuerzo por los demás (hace favores, es amable, ayuda a los demás sin que lo pidan), pero jamás ha conseguido sentirse querida plenamente por los demás. Su constante apego hacia los demás resulta demasiado cargante. No consigue mantener relaciones afectivas y amistosas estables porque tiene miedo a ser rechazada.
¿Te sientes identificada/o en alguno de estos casos? Revísate, cuídate y sácatelas de encima!
fuente: Amar o depender. W. Riso